¿Sabes si el alumbrado se considera un sistema de seguridad del vehículo? Cuando tenemos un coche o queremos adquirirlo, una de las cosas que más nos puede interesar es la seguridad. Ahora, ¿qué elementos definen que un automóvil sea más seguro o no que otro? Existen muchas dudas al respecto porque, mientras que normalmente se observan elementos como el cinturón de seguridad, existen otras partes de la estructura del coche que también provocan que los usuarios que circulen en su interior vayan más protegidos. De este modo, preguntarse si el alumbrado se considera un sistema de seguridad del vehículo no es ningún disparate. Te explicamos todos los puntos que debes de tener en cuenta.

¿Es el alumbrado un sistema de seguridad activo?

Sin duda, podemos decir que el alumbrado se considera un sistema de seguridad activo del vehículo. Es cierto que es mucho más antiguo que otros elementos del coche, como los reposacabezas y el cinturón de seguridad, y que, por ello, apenas le prestamos atención al tenerlo totalmente normalizado. Ahora, no se puede negar que sin el alumbrado cualquier usuario tendría múltiples accidentes, sobre todo en la conducción nocturna. Por lo tanto, no debería haber ninguna duda de cuáles son sus objetivos y por qué son imprescindibles para el vehículo.

Como ya hemos mencionado antes, cuando una persona oye hablar sobre seguridad activa, es habitual que se mencionen elementos como ASR, ABS o TCS. Al estar relacionados con sistemas electrónicos, se le atribuyen capacidades ilimitadas a la hora de conducir un coche y controlarlo de la forma adecuada, incluso en las situaciones de mayor riesgo, como conducir sobre hielo o en días de lluvia intensa. Sin embargo, al igual que estos son importantes a la hora de realizar cualquier trayecto, las luces, sin duda, llegan a serlo aún más.

El uso adecuado de las luces

El hecho de que el alumbrado no sea asumido por los conductores como un sistema de seguridad activo provoca que no se utilice de la forma adecuada. Estos pequeños gestos pueden provocar que tengan lugar incidentes en la carretera. El motivo es que no solo hay que usarlo de noche, sino que existen otras circunstancias en las que el alumbrado es esencial para poder circular de manera correcta.

Por ejemplo, es realmente sorprendente que haya numerosos coches que vayan por la ciudad o por la autovía usando solamente las luces de posición, tanto al amanecer como al anochecer. Esta decisión va en contra de la normativa de Tráfico y es esencial que la conozca todo aquel que tiene en su mano el carnet de conducir. ¿La razón? Estamos hablando de que en caso de hacer las cosas de manera incorrecta la vida de las personas está en peligro, tanto la de los que están en el coche como fuera de él.

El peligro del desconocimiento

Es cierto que lo habitual es pensar que nadie quiere poner en riesgo su vida ni la de los demás por ahorrar bombillas o combustible. Por ello, es fácil llegar a la conclusión de que quien circula sin el alumbrado correcto en determinadas circunstancias, como cuando no hay demasiada luz natural, llueve de manera intensa, hay niebla o existen nubes de polvo, lo hace porque piensa que al no ser noche cerrada, no hace falta encender el sistema de alumbrado y que, por lo tanto, sin luces tienen la capacidad de conducir con total seguridad. Teniendo en cuenta que esta es una decisión de cada individuo, se puede decir que esta percepción, para su visualización, sería correcta.

Sin embargo, el sistema de alumbrado no solo sirve para ver bien, sino que también es imprescindible para que los demás automóviles nos vean mejor. De este modo, usando las luces adecuadas se crea un entorno de contraste en el que todo vehículo esté bien identificado. De no ser así lo que sucede es todo lo contrario, es decir, los usuarios no distinguen bien qué tienen delante o detrás o con qué se van a cruzar.

Exceso de iluminación

Ahora, el exceso de iluminación también puede llegar a ser un problema que hay que controlar. No solo hay que saber activar el sistema de alumbrado como un sistema de seguridad del vehículo, sino que también hay que saber regularlo.

Todos conocemos las luces largas, esas que nos permiten ver con bastante claridad largas distancias cuando conducimos por la noche. Si solo fuera esta la definición sería una gran opción mantenerlas siempre encendidas cuando el sol se pone. Sin embargo, como todo el mundo sabe, este tipo de alumbrado puede hacer mucho daño a los conductores que vienen de frente y a cualquier persona o animal que se encuentren en nuestro camino aunque no estén conduciendo. Por ello, hay que saber que cuando no estemos solos en la vía por la que conduzcamos, no podemos usarlas a nuestro antojo. Lo mismo sucede con las luces antiniebla, que pueden provocar daños en la visibilidad de los demás y, por lo tanto, solo hay que encenderlas cuando hay niebla, humo, nubes de polvo o lluvia intensa.