Los coches eléctricos autorrecargables son una realidad cada vez más cercana. Esta tecnología es posible en atención al gran inconveniente de este tipo de vehículos: la autonomía. ¿Cómo es un coche autorrecargable? ¿En qué medida esto mejora la autonomía de los mismos? ¿Cómo es posible conseguirlo?
La autonomía de los coches eléctricos, su mayor desventaja
Aunque los coches eléctricos son toda una revolución, tienen un pequeño inconveniente, además de su elevado precio. Es la limitada autonomía de los mismos. Un coche eléctrico, de precio económico, apenas supera los 600 kilómetros de autonomía en una sola carga. Es decir, solo puede recorrer esta distancia antes de necesitar una recarga. Como bien sabes, los coches eléctricos se recargan conectándose a la corriente eléctrica; puede obtenerse de estaciones de carga especiales e incluso conectando el vehículo a la red doméstica.
El tiempo de carga de los coches también varía en función del tipo de vehículo y la capacidad de la batería del mismo. Hay modelos que requieren media hora para cargar su batería a la mitad, mientras que hay otros que necesitan horas y horas. Pero ¿sabías que los coches eléctricos autorrecargables son una realidad cada vez más cercana? ¿Qué son estos coches? ¿Cómo funcionan? ¿Qué es la autorrecarga?
Debes saber que no existen, a día de hoy, coches eléctricos autorrecargables como tal. Es decir, no se recargan por sí mismos, sino que necesitan de tecnologías adyacentes para poder recuperar energía. En consecuencia, la autonomía de estos vehículos es muy superior. Hay tecnologías, como la frenada regenerativa y los paneles solares, que ya puedes encontrar disponibles en algunos vehículos. ¡Te contamos qué puede hacer a un coche autorrecargable!
Frenada regenerativa
Una de las últimas incorporaciones de los coches eléctricos autorrecargables es la frenada o freno regenerativo. Esta tecnología ya puedes encontrarla en algunos modelos y no solo está presente en los coches eléctricos, sino que también los híbridos la incluyen. La frenada regenerativa, como su nombre indica, permite aprovechar la energía desperdiciada del vehículo y almacenarla en sus baterías. En los coches eléctricos, esta energía se obtiene cuando se invierte el funcionamiento del motor que, al producirse el freno del vehículo, se convierte en generador y produce energía; en los híbridos, esto es posible al girar el cigüeñal del motor, pero solo del motor de combustión (diésel o gasolina).
El freno regenerativo consiste en transformar energía mecánica en eléctrica. Para este proceso debe crearse un campo magnético. Cuando pisas el freno, el coche se recarga porque se aprovecha la inercia de la retención; es aquí cuando el motor eléctrico pasa a ser un generador de energía que permite recargar las baterías con energía cinética procedente de la frenada. Cuando esto ocurre, esta energía cinética se transforma en eléctrica.
Hyundai es una de las compañías que incluye esta tecnología en todos sus modelos de coches eléctricos. Además, han añadido una tecnología a través de la cual es posible configurar y regular los niveles de regeneración que deseas en el coche.
Los paneles solares: una realidad cada vez más cercana
¿Sabías que existe un prototipo de coche que funciona, en su totalidad, con paneles solares? Además, este prototipo , que ya está en producción en Estados Unidos, tendrá una autonomía de 1.600 kilómetros. Se caracteriza porque funciona con paneles solares que le permiten ser autosuficiente. Pero este coche, de la compañía Aptera Motors, no es el único. El IONIQ 5, de Hyundai, ha sido toda una revolución por incluir dos placas solares en el techo del vehículo. ¿Cómo funcionan las placas solares?
Como sabes, las placas solares son una tecnología que se está utilizando cada vez más en los hogares. Captan la energía del sol en una celdas y las pasan a un transformador para convertir la energía solar en electricidad; además, acumulan esta energía en unas baterías. El mecanismo en los coches es bastante similar, particularmente porque el coche cuenta con varias baterías. Esto permite que un modelo como el IONIQ 5 tenga 1.500 kilómetros más de autonomía.
Coches eléctricos autorrecargables: baterías de inducción
La tecnología de las baterías de inducción no es nueva, pues fue Nikola Tesla quien la desarrolló en el siglo XIX. Las baterías de inducción, que todavía se encuentran en proceso de investigación, permitirían transmitir energía a una bobina a través de un campo electromagnético. Con esto sería posible recargar, de forma inalámbrica, una batería. Por supuesto, esta iría incluida en el coche.
En el caso de los coches eléctricos autorrecargables con baterías de inducción, tendrían una placa en el suelo del vehículo. Gracias a la bobina, que se colocaría en la parte baja del coche, podría ser posible recargar el dispositivo sin utilizar un cable. De esta forma, el coche se recargaría por sí mismo mientras lo dejas aparcado.
Carreteras solares: una idea futurista, pero no imposible
Para este punto se necesitarían millones y millones de euros para invertir en colocar paneles solares en las carreteras. Estos paneles sustituirían en su mayoría al asfalto. De esta forma, cuando el coche esté en marcha y a través de la inducción, se podría cargar el coche. Por supuesto, no supone la desaparición de las carreteras como las conocemos hoy en día, sino que sería algo que se haría por tramos.
Ya hay algunos países pioneros en esta tecnología, como Francia. En Tourouvre-au-Perche, hay un tramo de un kilómetro provisto de 2.280 paneles solares que permite recargar los coches; en China también hay una carretera solar para la recarga de vehículos eléctricos en marcha.