Comprar coche diésel o gasolina

Quizá una de las eternas, y recurrentes, preguntas previas a la adquisición de un coche nuevo. Desde que el boom, y adopción, de los motores diésel para los coches (antes de esto se usaban para maquinaria pesada y de carga), el uso de este tipo de combustible no ha dejado de crecer. Aunque ahora parezca estar en una intensa persecución por motivo de la contaminación, no sería extraño que se diera la vuelta a la situación por tipos de intereses sociales y políticos.

Lo que hasta ahora, y durante muchos años, había sido una pregunta con sólo dos posibles respuestas (no por ello más fácil), ha pasado a ser una cuestión con la que se barajan más alternativas que las que suponen la elección de los archiconocidos motores de explosión diésel o gasolina. Con la llegada primero del coche híbrido, ya consolidado, y el desembarco ahora de los vehículos completamente eléctricos, se crea un abanico de posibilidades para complicar más, si cabe, la transcendental decisión de elegir el que será nuestro compañero de viajes, trabajo, escapadas, supermercado… durante unos buenos años. El resultado de la elección no sólo va en base al consumo de combustible, también van implícitos factores como el precio, las prestaciones del coche, el coste y los intervalos de mantenimiento, etc.

No obstante, en estas líneas nos centraremos únicamente en la rivalidad entre el motor diésel y el gasolina, teniendo en cuenta las ventajas de cada uno, sin tener en cuenta el coche híbrido o eléctrico que nos obligue a tener un enchufe en el garaje de casa.

¿Qué es mejor diésel o gasolina?

Bueno, venga, que no es tan difícil. Sólo estábamos generando un poco de tensión… De todas formas, si eres de los que está atascado en esta primera decisión del proceso de elegir coche, estás leyendo las líneas adecuadas, pues te vamos a ayudar y a explicar las variables que hay que tener en cuenta a la hora de decantarnos por una motorización u otra. Ya te anunciamos que en el panorama actual, y tras tantos avances tecnológicos, un motor de gasolina puede estar perfectamente a la altura de un diésel, y viceversa, a la hora de barajar consumos, precios, mantenimientos, calidad de rodadura, etc. Y que tampoco encontrarás respuesta a la pregunta de qué es mejor; un coche diésel o gasolina.

Seguramente la cuestión más importante, inicial, y que sirve un poco para descartar una opción u otra, sean los kilómetros anuales de media que vamos a hacer con nuestro vehículo. Insistimos, en el año en el que estamos, un motor de gasolina puede ajustarse fácilmente a las cifras de consumo de combustible, a igualdad de rendimiento, que un diésel. Pero como la teoría sigue siendo otra, y nos puedes estar leyendo para tomar esta decisión con opciones que están en el mercado de segunda mano u ocasión, y que no son tan, tan actuales, vamos a continuar por el mismo camino.

Hablemos de números pues; la barrera de kilómetros para tomar esta decisión está en torno a los 25.000 km al año. Por debajo de esta cifra, lo más indicado y recomendado, posicionados en el mercado actual, es la elección de una motorización de gasolina. Esta cifra es simplemente una barrera a partir de la cual se amortiza la compra de un coche diésel moderno.

A igualdad de prestaciones, o potencia, el modelo diésel suele ser algo más caro. Además, el mantenimiento de un coche diésel suele tener un coste más elevado; en mayor parte porque existen más sistemas y componentes que pueden hacernos pasar por el taller (esperemos que no). Esta disparidad de precio suele ser uno de los motivos por los que se acude a calcular la cifra de kilómetros mensual, buscando amortizar esta diferencia de precio con una motorización diésel a largo plazo. En Internet puedes encontrar calculadoras que te ayudan a tomar esta decisión, teniendo en cuenta, precisamente, estas cifras. Y hablando de largos plazos, el coche diésel suele tener mayor longevidad. Es decir, es un coche más duro frente al paso de los años y los kilómetros. Por lo que también deberías pensar si tu idea es tener el coche durante un puñado de años, o mantenerlo más de 10 ¡o 12! En el primer caso, gasolina. En el segundo, diésel.

Otra cuestión a tener en cuenta, y quizá la más importante, es cómo vamos a hacer estos kilómetros, en qué lugar… ¿Ciudad o carretera? En este apartado también entra en juego el apartado de la fiabilidad y el mantenimiento que ahora veremos. Por ello, más importante que tener en cuenta una cifra anual, es tener presente el tipo de conducción que vamos a hacer con el coche. Y con esto nos referimos a si será una conducción mayormente extra-urbana; autopista, carreteras secundarias, rondas…, urbana o mixta. Si la mayor parte de los 25.000 kilómetros que vas a realizar van a ser en ciudad con escapadas puntuales, a pesar de lo que has leído líneas más arriba, la opción es gasolina.

Si el uso que vamos a hacer de nuestro futuro vehículo es puramente extra-urbano la elección esta clara: diésel. En este tipo de recorridos es cuando se va a notar claramente la diferencia entre ambos rivales, llevándose el diésel la victoria. Además, es importante tener en cuenta que el tipo de conducción que le viene de perlas a los motores diésel es esta, ya que es con la que menos sufren sus motores y, sobre todo, los componentes asociados como el famoso filtro de partículas.

Así que, si para devorar kilómetros en carretera todos los días la opción es el diésel, para un uso urbano la elección correcta es el motor de gasolina. Los motores gasolina trabajan mejor en este escenario; con semáforos, trafico, paradas y arranques constantes, trayectos en los que no se llega a alcanzar la temperatura optima de servicio del motor… Un motor de gasoil moderno sufrirá todo esto muchísimo más que un coche de gasolina, insistiendo de nuevo en sus sistemas de control de emisiones. Véase, el filtro de partículas, que no podrá completar sus ciclos de regeneración en estos trayectos cortos con paradas constantes, a baja velocidad, poca temperatura… lo que llevará a una obstrucción prematura (el que avisa no es traidor).

Y como no todo es blanco o negro, puedes encontrarte en la situación intermedia, en la que harás un uso combinado del coche. En este caso no hay nada escrito, deberás valorar qué tipo de conducción tiene más peso y cómo son la gran mayoría de los kilómetros que realizarás.

También puedes estar buscando un uso deportivo del coche, y no lo concibes únicamente como un medio de transporte para ir de A a B. En este caso, no creemos que sea necesario aleccionarte, estando claro que un coche propulsado por un motor de gasolina te sacará más sonrisas. No obstante, actualmente en el mercado existen alternativas deportivas con motores diésel que pueden ser igual de interesantes, y, a veces, hasta más versátiles.

Y, antes de terminar, es interesante tener en cuenta la ciudad en la que vives, pues ayuntamientos como el de Madrid o Barcelona han puesto en pie normas y políticas que no son muy amigas del coche diésel. Llegando incluso a vetar la circulación de los más antiguos.

Si te ha gustado nuestro artículo, ¡compártelo en redes sociales!