Es muy común hablar de la devaluación de un coche nuevo o uno de segunda mano. La pérdida de valor en un automóvil es uno de los factores que más preocupan a los clientes a la hora de adquirir un vehículo. Por ello, son muchos los que se plantean si de verdad les merece la pena optar por un automóvil a estrenar o si es preferible adquirir aquel que ya cuenta con una vida pasada, aunque sea corta. En principio, es lógico pensar que un coche nuevo siempre es la mejor opción, pues se puede crear al gusto personal de cada uno teniendo en cuenta todas las necesidades que existen en el día a día. Sin embargo, ¿por qué tantas personas cada vez deciden elegir un coche de segunda mano? Una de las razones se basa en la devaluación.

La devaluación en los coches nuevos y en los coches de segunda mano

Hay personas que piensan que es un mito que un coche nuevo pierda valor nada más sacarlo del concesionario. Sin embargo, según los expertos, un coche en el mismo momento de ser vendido ya pierde el 10% de su coste. Sin duda, una cantidad muy alta, sobre todo para aquellos que no tienen esa extrema necesidad de comprar un automóvil totalmente nuevo. De este modo, ya podemos decir en primer lugar que la devaluación de un coche nuevo es mucho mayor que la que puede sufrir un coche de segunda mano. Sin embargo, existen otros muchos factores que influyen en la devaluación de un vehículo. De este modo, sea el coche nuevo o más antiguo, la depreciación es inevitable. Esto sucede, por ejemplo, cuando van saliendo al mercado otros vehículos más modernos o cuando se generan otro tipo de combustibles más ecológicos.

La antigüedad

Si hay una característica que provoca la devaluación de un coche nuevo o de segunda mano es la antigüedad. Ya hemos dicho que nada más comprarlo un automóvil pierde un diez por ciento del coste del mismo. Ahora, a medida que va pasando el tiempo, la cifra va aumentando a un ritmo semejante, aunque siempre existen vehículos menos atractivos y populares, lo que provoca que su depreciación sea aún mayor. La norma general es que a lo largo de los primeros cuatro años el precio del vehículo se reduzca entre un quince y un veinticinco por ciento. Por ello, una vez el coche cumpla su primer lustro, este vale un cuarenta por ciento menos respecto a su valor original.

La popularidad

Por supuesto, siempre hay coches que gustan más que otros. Por ello, este factor se tiene en cuenta a la hora de fijar un precio de venta. La razón de lo anterior es que siempre existe un papel para la subjetividad. Así, cuanto más llame la atención un coche, su valor se irá perdiendo de una forma mucho más lenta. Ahora, siempre hay que saber que las modas son pasajeras, y mientras que hoy pueden ser los 4X4 los coches más vendidos, mañana pueden ser los vehículos de dos plazas.

El estado del coche

Por supuesto, cuando alguien va a comprar, por ejemplo, un coche de segunda mano, normalmente quiere obtenerlo en las mejores condiciones posibles. Que los asientos estén en perfecto estado, que tenga una radio que funcione o que el color se muestre impecable son razones por las que se vendería mucho más rápido. De esta forma, cuanto más cuidado por su dueño esté el automóvil, más caro será. Por otro lado, también es importante saber los kilómetros que ha recorrido el coche y si lo ha hecho más por ciudad o por carretera. La razón es que aquellos coches que han sido utilizados más por ciudad pueden sufrir una degradación del motor mayor. Lo mismo ocurre con elementos como las suspensiones.

El mercado

Además de todo lo anterior, es importante tener en cuenta que aunque un coche tenga un valor determinado, en el caso de que la oferta sea superior a la demanda que existe en un determinado momento, va a ser mucho más difícil venderlo. Por esta razón, con el fin de poder hacerlo cuanto antes, hay que compensar la situación apostando por un precio menor. Así se refleja la importancia de estos aspectos en el mercado.

Asimismo, la zona geográfica en la que se venda el coche también influye. Por ejemplo, un descapotable se usará más en zonas cálidas, como las Islas Canarias, que en espacios en los que la lluvia sea habitual, como la zona norte de España. Por ello, en las islas perderá menos valor con el paso del tiempo.

Además, no se nos puede olvidar que si se está viviendo una temporada de crisis, los precios de los coches serán más bajos, independientemente del estado del vehículo o de su antigüedad. Obviamente, sucede lo contrario en tiempos en los que la economía se encuentra en una situación más estable. La razón es que la demanda aumenta.